Días: 2
Presupuesto: $$$
Categoría: Naturaleza
Hicimos nuestro viaje a Islandia en octubre, cuando aún hay bastantes horas de sol y es posible disfrutar de las auroras boreales. Para llegar a Islandia cogimos un vuelo directo desde Londres Gatwick al aeropuerto de Keflavík, en Reikiavik, con WOW air (aerolínea ya extinta). Aterrizamos el viernes por la noche, y nos fuimos el lunes por la mañana a primera hora.
Transporte
La forma más eficaz de desplazarse en Islandia es alquilando un coche, ya que es imposible llegar a muchos de los lugares de interés mediante transporte público. Además, ir en coche te permite parar a disfrutar de cualquiera de los abundantes y espectaculares paisajes, no necesariamente indicados en guías de viaje pero que seguramente encontrarás por el camino.
Nosotros alquilamos el coche con Procar, una compañía local que ofrecía los mejores precios y comodidades a la hora de reservar el coche. Incluso nos dejaron gratis el GPS.
Es posible alquilar el coche simplemente teniendo un carnet de conducir europeo, sin necesidad de uno internacional. También hay que tener en cuenta que las tormentas y ráfagas de vientos son relativamente frecuentes. Por lo tanto, es recomendable contratar un seguro que cubra incluso pequeños rasguños en el coche.
Alojamiento
Nuestra elección para la primera noche fue un Airbnb en Reikiavik ya que aterrizamos bastante tarde. Además de ser una opción bastante económica, nos permitió ver la ciudad de noche.
La segunda noche la pasamos en el Hotel Katla, cerca de Vík í Mýrdal, el pueblo situado más al sur de Islandia. Esta zona es algo más cara que la capital, pero recomendamos alojarse aquí para aprovechar mejor la ruta. También podréis disfrutar de un ambiente más relajado y tradicional.
Finalmente, la última noche nos alojamos en un Airbnb cerca del aeropuerto de Keflavík, ya que nuestro vuelo era a primera hora del lunes.
Día 1
Comenzamos el día visitando Reikiavik, la capital de Islandia, y cuyo nombre significa “bahía humeante” en islandés.
Iniciamos el día temprano visitando el Viajero del Sol (Sófar, en islandés), uno de los monumentos más famosos de la ciudad. A continuación visitamos el lago Tjörnin, a cuya orilla se pueden ver casas típicas con tejados de colores. Desde allí paseamos hacia el centro de la ciudad, llegando finalmente a la iglesia de Hallgrimskirkja.
Como podéis ver se trata de una iglesia con una arquitectura muy peculiar. Esta construcción fue inspirada en formaciones naturales como las rocas basálticas, las montañas o los glaciares de Islandia. Recomendamos entrar, ya que podréis subir al campanario y disfrutar de unas vistas increíbles de Reikiavik y sus alrededores.
Tras acabar la visita de Hallgrimskirkja, pusimos rumbo hacia el Parque Nacional de Þingvellir (Thingvellir). Por el camino paramos en puntos con paisajes especialmente llamativos, como los alrededores del museo Laxness y los lagos Leirvogsvatn y Þingvalavatn. Uno de los mejores puntos para apreciar este último es el mirador de Þingvalavatn Panorama.
Al llegar al Parque Nacional de Þingvellir, iniciamos nuestro recorrido a pie. Dentro del parque se encontraba el Althing, la antigua Asamblea de Islandia. Es considerado Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO, y además incluye una falla continental en su territorio. Durante el recorrido podréis disfrutar de una gran variedad de paisajes, incluyendo cascadas, rocas volcánicas, formaciones rocosas impresionantes y humedales.
A continuación, nos dirigimos hacia El Gran Geysir, uno de los géiseres más impresionantes del mundo y de cuyo nombre deriva la palabra “géiser”. Además del géiser principal se pueden observar en la zona otros más pequeños, como el Litli Geysir (“pequeño Geysir”), y fumarolas. También hay una cafetería cercana donde se pueden comprar souvenirs y tomar un aperitivo.
La última parada del día fueron las famosas cascadas de Gullfoss (“cascada dorada”). Las cascadas, habitualmente consideradas entre las más espectaculares del país, se encuentran en el cauce del río Hvítá y constan de dos saltos principales. Mediante el sendero a pie es posible acercase bastante a los saltos, ideal para los amantes de la fotografía.
Finalmente nos dirigimos hacia nuestro alojamiento en Vík í Mýrdal, el Hotel Katla. Como la ruta del día uno termina bastante al sur, es conveniente pasar la noche aquí para aprovechar al máximo las horas de sol. Cenamos en el restaurante del hotel, donde la comida, aunque algo cara, es muy buena. Las habitaciones de madera son amplias y cómodas y el hotel dispone de una sauna.
Día 2
Iniciamos el día desayunando en el excelente buffet ofrecido en el hotel. Había una gran variedad de opciones para todos los gustos. Nos gustaría destacar los gofres, que preparamos nosotros mismos al momento, y el pan recién horneado. Después, visitamos la cercana playa de Reynisfjara o Black Sand Beach, famosa por su arena negra compuesta de guijarros de basalto y arena volcánica. Un poco de la característica arena de esta playa puede ser un buen recuerdo de vuestro viaje a Islandia.
Visitamos primero la playa por su lado este, desde donde se puede obtener una buena vista de las formaciones de basalto llamadas Reynisdrangar. Según el folklore islandés, estas columnas de basalto eran antiguamente trolls que intentaban hacer naufragar a los barcos cercanos de noche. Sin embargo, en una ocasión fallaron al arrastrar un barco demasiado grande, y al amanecer quedaron petrificados debido a la luz del sol.
A continuación visitamos la playa por el lado oeste. Aquí pudimos observar otra curiosa formación de columnas basálticas hexagonales llamadas Hálsanef. Estas columnas forman parte de las cuevas de Hálsanefshellir, pequeñas cuevas en la ladera de la montaña con paredes recubiertas de formaciones de basalto. Además, caminando por la playa es posible obtener una vista más de cerca de las Reynisdrangar.
Nuestro siguiente destino fue el glaciar Mýrdalsjökull, el cuarto mayor del país. Por el camino pudimos de nuevo disfrutar de paisajes espectaculares. Nuestra recomendación es que paréis en aquellos que más os llamen la atención. Al llegar a la entrada del glaciar, encontramos una pequeña recepción con cafetería donde tomamos una deliciosa crema de champiñones para pasar el frío.
Continuamos entonces hacia el glaciar, a cuyas capas inferiores es posible acceder sin equipo especial. Nosotros nos atrevimos incluso a caminar un poco por encima del glaciar, pero no recomendamos aventurarnos más allá de unos pocos metros sin el equipo necesario o con un guía.
Tras haber visitado el glaciar, iniciamos nuestro regreso en dirección a la capital. Hicimos una parada en la cascada de Skógafoss, que se encuentra de camino a Reikiavik. Con una caída de 60 metros, es no sólo una de las cascadas más bonitas de Islandia, sino también una de las más grandes.
Para cerrar el Golden Circle, decidimos relajarnos en la Blue Lagoon, un balneario geotermal con aguas de un particular color azul claro debido a su alto contenido en sílice. De hecho, es posible coger sílice del fondo de la laguna para aplicarla en la piel. Después de dos días intensos de conducción y senderos, era la mejor forma de recuperar energías. Nosotros llegamos sobre las 6 de la tarde (aún con algo de luz), y tuvimos la suerte de poder comprar la entrada en el momento. Sin embargo, recomendamos reservar con antelación si es posible en su página web, ya que es habitual que esté completamente lleno. La entrada incluye un alquiler de toalla y una bebida.
Finalmente, para culminar este gran viaje decidimos ir a cenar al Fiskmarkðurinn, considerado como uno de los mejores restaurantes de Islandia donde se ofrece una fusión entre ingredientes y recetas islandesas e influencias de otros países como Japón. El restaurante es bastante caro, pero ya que era el cumpleaños de Lara, decidimos celebrarlo con una excelente cena. Nosotros pedimos el menú de degustación, que sale aproximadamente por unos 70 € por persona. El menú incluye una gran cantidad de platos muy variados, todos excelentes, de los cuales os mostramos algunos ejemplos. Sin duda no os quedaréis con hambre.
Resumen de lugares visitados
- Sun Voyager
- Lago Tjörnin
- Hallgrimskirkja
- Alrededores del museo Laxness
- Lago Leirvogsvatn
- Lago Þingvalavatn
- Parque Nacional de Þingvellir
- Gran Geysir
- Cascadas de Gullfoss
- Vík í Mýrdal
- Playa de Reynisfjara
- Reynisdrangar
- Hálsanef
- Glaciar Mýrdalsjökull
- Cascada de Skógafoss
- Blue Lagoon
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2 comentarios en “Un fin de semana en Islandia”
Soy tu tío José Manuel. Sólo daros a lo dos la enhorabuena por el trabajo tan escrupuloso y meticuloso estáis haciendo . Yo tb he viajado bastante , pero a los sitios vuestros a los q no he ido , por supuesto q me voy a instruir antes en vuestro.blog. un abrazo .
Muchas gracias!! Sin duda habéis viajado mucho, aún así esperamos poder traer algún destino nuevo! Esperamos que os gusten las futuras entradas! 🙂