Finalmente, llegamos al último día de nuestra estancia en las maravillosas islas de Palaos. Para concluir una increíble aventura de la mejor forma, decidimos hacer un tour por la isla de Peleliu. Ésta se encuentra al sur de Palaos, más allá de las Islas Rock. Como os contamos en nuestras 10 curiosidades acerca de Palaos, en ella tuvo lugar la Batalla de Peleliu, una de las batallas más cruentas de la Segunda Guerra Mundial. En ella, los marines y soldados americanos lucharon contra las fuerzas imperiales japonesas por el control de la isla, que había sido parte del Imperio Japonés desde 1914. La batalla se inició cuando la 1ª División de Marines americana desembarcó en la isla el 15 de septiembre de 1944, y se extendió hasta el 27 de noviembre de 1944.
La batalla ocasionó un gran número de bajas, en parte debido a la extrema resistencia que opusieron los japoneses, quienes luchaban en nombre del Emperador sin rendirse bajo ninguna circunstancia. Debido a ello, la realización de esta operación fue posteriormente puesta en entredicho, ya que el valor estratégico de la isla probablemente no era lo suficientemente alto como para justificar el gran número de bajas. Por otro lado, es cierto que las estimaciones iniciales para la duración y costes de la toma de Peleliu (con el nombre en clave de Operación Stalemate II) eran mucho menores de lo que realmente terminaron siendo.
De hecho, el general de la 1ª División de Marines William H. Rupertus esperaba poder asegurar la isla en sólo 4 días. Sin embargo, pronto se hizo evidente que la campaña sería mucho más difícil de lo esperado, llegando incluso a requerir la solicitud de ayuda de la 81ª División de Infantería del Ejército de Tierra, que estaba estacionada en la cercana Isla de Angaur (donde se desarrolló otra batalla, aunque de menor escala). Casi la totalidad de los más de 10000 soldados imperiales japoneses que defendieron la isla murieron en combate, y tan sólo unas pocas decenas fueron hechos prisioneros. Respecto a las fuerzas americanas, más de 2000 marines y soldados murieron, y casi 8500 fueron heridos. En proporción al número de participantes, la batalla de Peleliu tuvo una mayor tasa de bajas que todas las demás batallas libradas en el Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial.
Hoy en día, quedan una gran cantidad de artefactos y ruinas de vehículos y edificios de la batalla en Peleliu. Ello lo convierte en un destino histórico de gran interés, especialmente para los interesados en la Segunda Guerra Mundial. Incluso varios de los veteranos de guerra que lucharon en esta batalla, cuyo 75º aniversario tuvo lugar en 2019, la han visitado.
La isla se encuentra a aproximadamente una hora en barco de Koror. Hay varias compañías que organizan tours de un día desde Koror, aunque por precio y por su completo programa nosotros elegimos, una vez más, a IMPAC. El precio es de 135 dólares por persona (y en este caso, afortunadamente, incluye el coste del permiso turístico del estado de Peleliu). A esto hay que sumar un pequeño suplemento para disponer de un guía que hable inglés, a menos que dominéis el japonés, ya que el tour se realiza por defecto en japonés. El precio extra del guía es de 35 dólares, que se divide entre todos los pasajeros que lo hayan solicitado. Además, el número mínimo de personas para realizar el tour es de 3. Si sois menos y nadie más reserva el tour para el mismo día, es necesario pagar el precio para 3 personas para poder llevarlo a cabo. La mayoría de compañías tienen políticas similares para sus tours a Peleliu, con un número mínimo de participantes incluso mayor.
Igual que la vez anterior, el equipo de IMPAC nos recogió en nuestro hotel hacia las 8.30 para llevarnos al muelle. Una vez allí, subimos al barco e iniciamos nuestro recorrido hacia Peleliu. Aprovechamos para disfrutar todo lo posible de las Islas Rock, ya que esta sería casi la última vez que pasaríamos por ellas.
Al igual que el resto de días, ¡tuvimos la suerte de que hiciera un excelente tiempo soleado! Desembarcamos en el extremo norte de Peleliu, donde se encuentra el asentamiento de Klouklubed, el mayor de toda la isla. Allí conocimos a nuestro guía, nativo de Palaos. Nos contó que él había sido militar en la Fuerza Aérea americana (los ciudadanos de los países asociados a Estados Unidos mediante el Tratado de Libre Asociación, como Palaos, pueden alistarse en las distintas ramas de su ejército), y había estado de servicio durante algunos días en la base aérea de Madrid de Torrejón de Ardoz.
Llegada a Peleliu
Tras un breve recorrido por Klouklubed y una parada en su centro de recepción de visitantes (donde hay una pequeña tienda de recuerdos), nos dirigimos a nuestro primer destino del tour: el Museo de la Segunda Guerra Mundial de Peleliu. El museo se encuentra situado en un antiguo búnker japonés, que fue utilizado para almacenar combustible. El búnker estuvo fuertemente defendido por los japoneses, hasta que fue alcanzado por dos proyectiles de artillería gran calibre lanzados desde el acorazado USS Mississippi. Tras su conquista, fue utilizado por los americanos durante el resto de la batalla como estación de apoyo. Hoy en día, alberga una gran cantidad de artefactos militares recuperados en Peleliu y fotografías relacionadas con la batalla.
En el museo pudimos leer acerca del interesante caso del marine Edward Sturgeon y el teniente japonés Ei Yamaguchi. El teniente Yamaguchi se negó a rendirse durante varios años después de que la batalla de Peleliu terminara, quedándose escondido con un pequeño grupo de sus soldados. Un grupo de marines fue enviado a Peleliu a localizarlo, entre los cuales se encontraba Sturgeon (que además había sido hecho prisionero y esclavo durante varios años de la Segunda Guerra Mundial por los japoneses). Cincuenta años después, los dos se encontraron durante una visita a Peleliu. De esta forma, caminaron juntos por el campo de batalla donde hacía varias décadas habían sido enemigos.
A continuación nos dirigimos a las ruinas de lo que fue el Cuartel General japonés durante la batalla de Peleliu. Fue fuertemente bombardeado por los americanos, aunque la estructura general del edificio se conserva relativamente bien. Como podéis ver en las fotografías, la vegetación tropical se ha expandido ampliamente por las ruinas. Resulta impresionante caminar por estos edificios abandonados, que en su día fueron el escenario de una intensa batalla.
Cuartel General japonés
Nuestra siguiente parada fueron los restos de un tanque japonés de tipo 95 Ha-Gō, empleado por el Ejército y la Ármada del Imperio Japonés desde 1935 hasta la Segunda Guerra Mundial. Se trataba de un tanque ligero que en la Segunda Guerra Mundial había quedado ya obsoleto en comparación con los tanques de las Fuerzas Aliadas, sobre todo debido a su escaso blindaje (que podía ser atravesado en algunas zonas incluso por armas de infantería). Desde allí avanzamos hacia la pista aérea de Peleliu, construida por los japoneses, y que aún sigue siendo utilizada hoy en día para los vuelos locales que conectan Peleliu con otras islas, como Angaur y Babeldaob.
Después nos dirigimos hacia la playa conocida como Bloody Beach (Playa Sangrienta), también llamada Scarlet Beach (Playa Escarlata), donde desembarcó parte de la 1ª División de Marines en el asalto inicial a Peleliu. Como podéis ver en las fotos, la playa se encuentra a la orilla de una laguna coralina de poca profundidad. La playa recibió este apodo por parte de los americanos debido a la gran cantidad de marines que murieron en el desembarco, donde la gran resistencia japonesa y el propio entorno natural provocaron que el avance de las tropas americanas resultara extremadamente difícil. Por el camino paramos a visitar el monumento en memoria de la 81ª División de Infantería americana, quienes fueron enviados como refuerzos a la batalla de Peleliu tras haber luchado en la batalla por Angaur.
Continuamos nuestro itinerario dirigiéndonos hacia el Parque Memorial de la Paz, situado en el extremo sur de Peleliu. El memorial fue construido por el gobierno japonés en 1985 en recuerdo de todos aquellos que murieron en Palaos durante la Segunda Guerra Mundial. El monumento fue visitado en 2015 por los emperadores eméritos de Japón, Akihito y Michiko, quienes llevaron allí a cabo una ofrenda floral. Desde el parque se puede ver claramente la isla de Angaur en el sur.
Parque Memorial de la Paz de Peleliu
Desde allí fuimos al cercano muelle de Kambek (Camp Beck), construido artificialmente por los americanos, donde hicimos un descanso para comer. En esta zona se encuentra un monumento a los marines y soldados americanos caídos en la batalla Peleliu, inaugurado en 2019 con motivo del 75º aniversario de esta batalla. Allí se encuentra también la residencia que fue construida para que los emperadores japoneses pudieran descansar durante su visita a Peleliu de 2015. Tras una breve visita a la playa Orange Beach (otro de los puntos donde desembarcó la 1ª División de Marines), retomamos la visita.
Nuestro guía nos llevó entonces hasta los restos de dos tanques americanos. Como podéis ver, los tanques empleados por los americanos en la batalla eran considerablemente más pesados que los ligeros y desprotegidos tanques japoneses. Junto a ellos se encuentran incluso algunos de los proyectiles empleados por los tanques. Se trata de tanques anfibios, fácilmente distinguibles por su parte frontal, que eran capaces de realizar un trayecto por mar antes de desembarcar en la playa.
A continuación nos dirigimos hacia la cueva donde se encuentra emplazada una de las armas de artillería antibuque japonesas. A la entrada del sendero que lleva hasta el cañón de artillería nos encontramos otro antiguo tanque americano. Al igual que los dos tanques anfibios que habíamos visto antes, se encontraba en muy buen estado de conservación, especialmente teniendo en cuenta las condiciones ambientales de la isla de Peleliu (alta salinidad debido al agua de mar, fuertes lluvias tropicales, etc.). ¡Incluso pudimos comprobar como varios de sus engranajes aún giran perfectamente, con ejes que habían resistido perfectamente el paso del tiempo y no mostraban casi nada de óxido! Es una prueba de la gran calidad con que estos tanques fueron construidos, que otorgaron una ventaja a los americanos sobre las fuerzas japonesas.
La artillería japonesa se encontraba escondida en una pequeña cueva en mitad de la jungla, lo cual dificultaba detectar su posición. También se encuentra en buen estado de conservación, debido probablemente en parte a su emplazamiento más protegido.
Artillería japonesa
Tras acabar la visita a la antigua artillería japonesa, nos dirigimos al inicio de un sendero por la jungla que lleva hasta un mirador desde donde puede verse toda la isla de Peleliu. El sendero, al igual que el resto de caminos por Peleliu, se encuentra señalizado a ambos lados por marcadores que tienen un lado blanco y un lado rojo. Estos marcadores se utilizan para indicar caminos seguros, y es muy importante permanecer en todo momento en el espacio comprendido entre los lados blancos de los marcadores. El terreno situado por el lado rojo no ha sido examinado con detalle, por lo que aún quedan multitud de municiones y explosivos sin detonar. Aún hoy en día se siguen encontrando grandes cantidades de estos artefactos en Peleliu, y por tanto puede ser muy peligroso aventurarse fuera de los caminos señalizados.
Sendero por la jungla hacia el mirador
En el mirador hay un monumento en memoria del Regimiento de Infantería 323 de la 81ª División de Infantería americana, construido con corales fosilizados. Desde el mirador se puede apreciar con claridad la frondosa vegetación tropical que cubre Peleliu. Tras la batalla, toda la vegetación quedó casi completamente destruida, haciendo posible observar la isla de Angaur desde el centro de Peleliu. Sin embargo, hoy en día está completamente recuperada.
También se puede ver desde el mirador una pared rocosa de la montaña de Umurbrogol. Esta zona fue apodada Bloody Nose Ridge (Cresta de la Nariz Ensangrentada) por los marines debido a la extrema resistencia japonesa que encontraron. Las cualidades del terreno, con multitud de pequeñas cuevas rodeadas de vegetación tropical muy espesa, lo convirtieron en un enclave muy difícil de conquistar.
Monumento al Regimiento de Infantería 323 americano
Durante la bajada, tomamos un desvío que nos llevó a la cueva donde el Coronel del Ejército Imperial Japonés Kunio Nakagawa (líder de las fuerzas japonesas en Peleliu) resistió hasta perder la batalla el 24 de noviembre, cuando se suicidó mediante el ritual tradicional de los samurái derrotados, el harakiri. Hoy en día, en el lugar de su muerte se encuentra un pequeño santuario.
Tras finalizar el sendero por la jungla, visitamos dos monumentos cercanos: el monumento en honor a la 1ª Divisón de Marines, y el santuario shintoísta japonés de Peleliu. Este último fue construido en 1982 por la organización Seiryusha en honor a los japoneses caídos en combate durante la batalla de Peleliu.
Antes de emprender nuestro regreso al puerto norte de Peleliu, tomamos un desvío para llegar a los restos de un avión japonés estrellado en medio de la jungla, un caza Mitsubishi A6M Zero. Este modelo fue el avión de combate más producido por Japón durante la guerra, y aunque cuando fue introducido en 1940 era uno de los mejores aviones, quedó obsoleto en los últimos años (siendo entonces adaptado para ser operado por los kamikaze). Aunque la vegetación empieza a engullir el avión, sus partes pueden aún distinguirse con claridad.
Caza Mitsubishi A6M Zero
Finalmente, volvimos a las cercanías del puerto al norte de Klouklubed. Allí, hicimos la última visita de nuestro tour a la Cueva de los Mil Hombres (Thousand Man Cave). Se trata de un laberinto de túneles excavados por los japoneses como sistema de defensa. En ellos se refugiaron unos 1000 soldados japoneses que se resistían a rendirse. Las fuerzas americanas tuvieron grandes problemas para reducir su resistencia, teniendo que recurrir al empleo de explosivos y lanzallamas. Hoy en día aún quedan multitud de posesiones de los japoneses dentro del sistema de cuevas, como botellas de sake o cantimploras. Si visitáis las cuevas, ¡id con cuidado ya que dentro habitan bastantes arañas venenosas!
Cueva de los Mil Hombres
Tras salir de las cuevas, iniciamos nuestro regreso a Koror en barco, algo tristes al tratarse, esta vez sí, de nuestro último recorrido por las Islas Rock.
Una vez en Koror, volvimos a las oficinas de Neco Marine para despedirnos de nuestros instructores Iked Etpison y Sheldon Wang, así como el resto del equipo, quienes sin duda nos dieron un excelente trato y nos ayudaron en todo lo posible durante nuestra estancia en Palaos. ¡Por supuesto, antes de marcharnos disfrutamos por última vez del delicioso poke de salmón de su restaurante Drop Off! Además, nos informaron que aquel viernes se establecía el mercado nocturno de Palaos. Este mercado, conocido como International Night Market, se lleva a cabo el primer y tercer viernes de cada mes, y en él se establecen multitud de puestos de comida palauana e internacional. También hay tiendas de recuerdos y actuaciones de cantantes de la isla en idioma palauano. Nosotros aprovechamos la ocasión para tomarnos unas refrescantes aguas de coco.
Tras visitar el mercado, nos dirigimos al aeropuerto internacional Roman Tmetuchl. Allí devolvimos nuestro coche de alquiler, y embarcamos en nuestro vuelo de vuelta a Manila. Así concluimos nuestra gran aventura por estas maravillosas islas micronesias. ¡Sin ninguna duda, volveremos a Palaos!
Resumen
- Centro de visitantes en Klouklubed
- Museo de la Segunda Guerra Mundial de Peleliu
- Cuartel General Japonés
- Tanque japonés 95 Ha-Go
- Pista aérea de Peleliu
- Memorial a la 81ª División de Infantería
- Bloody Beach
- Parque Memorial de la Paz
- Muelle de Kambek
- Monumento a los soldados y marines americanos
- Orange Beach
- Tanques anfibios americanos
- Artillería japonesa
- Mirador de Peleliu con el monumento al Regimiento de Infantería 323
- Santuario del Coronel Kunio Nakagawa
- Santuario shintoísta de Peleliu
- Memorial a la 1ª División de Marines
- Caza Mitsubishi A6M Zero
- Cueva de los Mil Hombres
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