De tránsito en Pekín

Cuando viajamos a Filipinas, hicimos escala en Pekín. Decidimos hacer las escalas un poco más largas para poder visitar los principales puntos de interés de la capital china. Gracias a ello, tuvimos la oportunidad de conocer lugares como la Gran Muralla, la Ciudad Prohibida y el Palacio de Verano, además de disfrutar del delicioso pato pekinés.

Días: 1/2

Presupuesto: $$$

Categoría: Cultural

Para nuestro viaje a Filipinas en noviembre de 2019 (que esperamos contaros muy pronto), decidimos volar con Air China tanto para la ida como para la vuelta. Esto nos obligó a realizar escala en ambas ocasiones en Pekín. Tras echar un vistazo a las distintas posibilidades, decidimos realizar escalas largas. Por un lado, así nos asegurábamos que no habría problemas si el primer vuelo se retrasaba o había largas colas en el aeropuerto (que son frecuentes en el Aeropuerto Internacional de Pekín-Capital, pudiendo tomar incluso horas). Pero la razón principal para ello fue que así podríamos visitar los principales puntos de interés de Pekín.

Esto fue posible gracias a dos factores. Por un lado, la política de tránsito sin visado recientemente establecida para turistas extranjeros en las principales ciudades chinas. Gracias a esta nueva política, los turistas de una gran cantidad de países que transiten en estas ciudades (que incluyen a Pekín, Shanghái y Chengdu entre otras) pueden permanecer en la ciudad y sus alrededores durante varios días sin necesidad de solicitar un visado con anterioridad, siempre y cuando se demuestre en el aeropuerto de entrada que se tiene un vuelo de salida del país, además de un pasaporte válido. Podéis verificar si la política de tránsito sin visa es aplicable a vuestra nacionalidad y puerto de entrada en China aquí.

Por otro lado, realizar las rutas que describiremos a continuación es posible únicamente yendo en coche. Sin embargo, ni el carné de conducir español ni el internacional están reconocidos en China, y no es posible obtener un carné de conducir temporal lo suficientemente rápido como para realizar las visitas. Por tanto, la única opción es unirse a un tour organizado por alguna de las compañías que ofrecen este tipo de tours para turistas en tránsito. Existen varias compañías, pero hay que tener en cuenta que el guía y conductor deben estar certificados para realizar actividades relacionadas con el turismo. De lo contrario, puede causar graves problemas con las autoridades chinas. 

Nuestra recomendación es no arriesgarse y contratar el tour con una agencia con buena reputación y que esté claramente certificada para el turismo. Nosotros elegimos a BeijingLayoverTour en ambas ocasiones, y quedamos muy contentos con el servicio recibido. La compañía ofrece tours privados y compartidos en grupo, en ambos casos únicamente en ingl´és. Aunque los tours en grupo son algo más baratos, nosotros optamos por tours privados, ya que la diferencia de precio no es tan grande y ofrecen una mayor flexibilidad de horarios y cantidad de tiempo en cada lugar visitado.

Mediante la página web de la compañía, es posible contactar por chat a uno de los representantes. Es un equipo muy profesional y eficaz, y se encargarán de presentaros todas las posibilidades si les informáis de vuestro vuelos de llegada y salida. Además, tras reservar os proporcionarán información muy detallada del proceso a seguir para conseguir el permiso de estancia sin visado, incluyendo el camino que debéis seguir en el aeropuerto. También es posible contratar el tour al llegar al aeropuerto de Pekín sin reserva previa. En este caso, aseguraos de consultar previamente las instrucciones disponibles en su página web.

Tránsito de 8 horas (la Gran Muralla China - Mutianyu)

Para nuestro trayecto de ida, organizamos una escala en Pekín de 8 horas de duración (contadas desde el aterrizaje del vuelo de llegada al despegue del de salida). Aterrizamos hacia las 12 del mediodía en Pekín, y despegamos a las 8 de la tarde. Uno de nuestros sueños viajeros era visitar la Gran Muralla China. Como probablemente sabéis, es la muralla más larga del mundo, y se encuentra entre las nuevas siete maravillas del mundo moderno. Preguntamos si con esta escala era posible visitar la Gran Muralla, y nos dijeron que sí. Sin embargo, hay que resaltar que esta era la duración mínima de escala para realizar esta visita. Esto se debe a que la compañía sólo lleva a cabo un tour con la certeza de que no perderéis vuestro vuelo de salida incluso si hay imprevistos durante la visita. El precio del tour fue de 110 dólares por persona (el precio por persona se reduce cuanto mayor sea el grupo), incluyendo todo excepto el coste opcional del telesilla (como os contamos a continuación) y posibles souvenirs.

Nosotros nos decantamos por visitar la sección de Mutianyu de la Gran Muralla ya que nos pareció que ofrecía algunas de las mejores vistas, pero también es posible visitar otros segmentos. Gracias a las instrucciones que habíamos recibido de antemano, pudimos realizar el trámite del permiso para la estancia con rapidez y reunirnos con nuestro guía pronto. Es importante ser rápidos en estos pasos para reducir al mínimo el tiempo de espera tanto en el mostrador para obtener el permiso como en el control de pasaporte al salir del aeropuerto.

Una vez nos reunimos con nuestro guía (fácilmente localizable ya que tendrá un cartel con vuestro nombre), nos indicó que había dos formas de subir a la muralla: a pie o mediante telesilla. El telesilla tiene un pequeño coste adicional que se paga en la entrada, pero recomendamos esta opción ya que es más rápida y permite visitar más partes de la Gran Muralla. De esta forma, sacamos en los cajeros automáticos del aeropuerto los yuanes requeridos, y algo más para souvenirs.

Tras ello, nos dirigimos al coche y pusimos rumbo a la Gran Muralla. Por el camino, nuestro guía nos contó un breve resumen de la historia de la Gran Muralla y una gran cantidad de detalles interesantes acerca de la muralla y otros aspectos de la cultura china. Hablaba inglés muy bien, y nos hizo el trayecto en coche muy ameno. Tras llegar a la entrada, subimos a la muralla en telesilla. Guardad el ticket, ya que es necesario mostrarlo de nuevo para bajar. En el trayecto pudimos observar el precioso paisaje de la zona, con árboles con gran variedad de tonos verdes, amarillos y rojizos al ser el inicio del otoño. Además, hacia el final del trayecto nos hicieron una foto, que luego nos ofrecieron como souvenir enmarcada en un pequeño cuadro con una breve historia de la sección de Mutianyu de la Gran Muralla China. Decidimos comprarlo, ya que era bastante barato y nos pareció un buen recuerdo.

Entonces empezamos nuestro recorrido por la muralla. Durante todo el recorrido pudimos apreciar la belleza del paisaje, repleto de árboles con una gran variedad de tonalidades. Visitamos diferentes torreones y barracones, donde se establecían guarniciones de soldados chinos para defenderse de ataques extranjeros (originariamente, la muralla fue construida para defenderse de los pueblos nómadas de las estepas del norte). Nuestro guía nos fue informando en todo momento de la historia y propósito de cada lugar. 

Tras acabar nuestra visita a la Gran Muralla, bajamos de nuevo por el telesilla. También es posible bajar por un tobogán, pero cuando nosotros fuimos estaba cerrado ya que había llovido. Nuestro conductor nos llevó de vuelta al aeropuerto de Pekín, donde pagamos el importe del tour en dólares (¡no aceptan otras divisas!).

Tránsito de 1 día y 1 noche (Pekín)

Para la vuelta desde Filipinas (a finales de noviembre), decidimos hacer una escala más larga en Pekín, de un día y una noche. Así, no sólo podríamos visitar Pekín, sino que también tendríamos la oportunidad de disfrutar del famoso pato a la pekinesa. Además, al volver a Europa desde Asia, no necesitábamos coger ningún día adicional de vacaciones debido al cambio horario.

En esta ocasión, decidimos contratar el tour privado que incluía la plaza de Tiananmén, la Ciudad Prohibida y el Palacio de Verano. En nuestro caso, el precio del tour fue de 138 dólares por persona. Igual que en el tour anterior, tras encontrarnos con nuestro guía sacamos algunos yuanes en el cajero. En esta ocasión, sacamos algo más para pagar la cena y los taxis hacia el hotel y el aeropuerto (¡los taxis no aceptan tarjeta!). Era un día muy frío, pero afortunadamente nuestro guía nos proporcionó ropa de abrigo extra.

Nuestro primer destino fue la plaza de Tiananmén. Se trata de una de las mayores plazas del mundo, y está rodeada de edificios como el Museo Nacional de China, el Gran Salón del Pueblo, el Mausoleo de Mao Zedong o la Puerta de la Paz Celestial a la entrada a la Ciudad Prohibida, donde cuelga el emblemático retrato de Mao Zedong. Por el camino pudimos ver otros puntos de interés, como Zhengyangmen, una de las puertas de las murallas históricas de Pekín.

Tras una breve introducción histórica, entramos en la Ciudad Prohibida. Gracias a ir acompañados de nuestro guía, pudimos acceder de forma muy rápida, casi sin colas (si decidís ir por vuestra cuenta, tened en cuenta que la entrada se tiene que comprar por internet con antelación, y deberéis presentar el pasaporte en la entrada). Se trata del palacio más grande del mundo, donde se encuentran 980 edificios con 9,999 habitaciones dispuestos en una superficie de más de 700,000 metros cuadrados. El número de habitaciones se debe a que en la cultura tradicional china se creía que el Emperador de Jade (uno de los más importantes dioses taoístas) disponía de 10,000 habitaciones en su palacio celestial. Por tanto, la Ciudad Prohibida fue construida con una habitación menos por respeto al dios.

La entrada se lleva a cabo por la Puerta del Mediodía, que da acceso al patio exterior. El patio está atravesado por un canal con cinco puentes de mármol, que representan las cinco virtudes del confucianismo (benevolencia, rectitud, decoro, sabiduría y responsabilidad). Ya en el patio exterior, y en toda la Ciudad Prohibida, podréis disfrutar de la magnífica arquitectura tradicional china, con numerosos edificios con columnas y paredes rojas y tejados típicos de tejas rojizas. Avanzamos entonces hacia la Puerta de la Suprema Armonía, donde se realizaban las audiencias a visitas. Se encuentra custodiada por dos grandes leones chinos, uno macho (con una esfera bajo su pata, que representa la supremacía del Imperio sobre el mundo) y otro hembra (protegiendo a una cría).  En la rampa central de acceso se pueden observar tallados de dragones entre nubes. Esta calzada central de mármol estaba reservada al emperador.

Tras la Puerta de la Suprema Armonía se encuentra el Salón de la Suprema Armonía, el más grande del palacio. Este pabellón se encuentra en el centro de la Ciudad Prohibida, y se utilizaba únicamente para las ceremonias de mayor importancia, como las coronaciones y bodas de los emperadores. En las puntas de su techo podéis observar una serie de figuras de animales y criaturas mitológicas, que sólo podían colocarse en edificios oficiales del imperio.  

Detrás del Salón de la Suprema Armonía se encuentran el Salón de la Armonía Media (lugar de descanso del emperador durante las ceremonias del Salón de la Suprema Armonía) y el Salón de la Armonía Preservada (donde el emperador recibía a los gobernantes extranjeros). Continuamos nuestra visita saliendo por la Puerta de la Pureza Celestial, tras la cual pasamos a la sección de menor tamaño conocida como el patio interior, sección dedicada al uso personal del emperador. El mayor edificio del patio interior es el Salón de la Pureza Celestial, utilizado como dormitorio imperial. Constituye, junto con los Salones de la Unión y de la Tranquilidad Terrenal, el núcleo central del patio interior.

Como última sección, pasamos al Jardín Imperial. Aquí pudimos observar diversos árboles centenarios, esculturas y rocas de diversos orígenes, incluyendo corales, que se utilizaban como decoración. Finalmente, salimos por la Puerta de la Divina Bravura, tras lo cual nuestro guía nos llevó de vuelta al coche.

Pusimos entonces rumbo a nuestro siguiente destino: el Palacio de Verano. Se trata de un amplio conjunto de lagos, espacios verdes y pabellones que fue Jardín Imperial de la dinastía Qing (la última dinastía imperial china). Es frecuentemente asociado con la emperatriz Cixi (también conocida como la Dama Dragón por el gran poder e influencia que llegó a ejercer), quien llegó incluso a establecer allí su sede de gobierno.

Accedimos por la Puerta Este de Palacio, y pronto llegamos al Salón de la Benevolencia y la Longevidad, donde se encuentra el trono de la emperatriz Cixi. Detrás de este pabellón se encuentra el inmenso lago de Kunming, el lago principal del Palacio de Verano. El lago fue construido enteramente de forma artificial, y la tierra extraída fue utilizada para construir la adyacente Colina de la Longevidad. Desde su orilla obtuvimos magníficas vistas del paisaje, destacando la Torre de la Fragancia de Buda sobre la Colina de la Longevidad.

Tras una visita rápida a los cercanos pabellones de Wenchang y Zhichun, nos dirigimos hacia la Gran Galería. Es un largo corredor de madera de más de 700 metros de longitud, decorado en toda su extensión con pinturas que representan distintas escenas de la historia y mitología chinas. Como pequeña curiosidad, ha sido reconocido como el corredor decorado más largo del mundo.

Siguiendo el recorrido de la Gran Galería, llegamos al arco de Yunhui Yuyu (también llamado arco de la Tierra Sagrada). Se trata de un gran arco de madera decorado con llamativas pinturas de colores vivos. Desde el arco pudimos ver el bello Puente de los Diecisiete Ojos, que conecta la orilla del lago Kunming con la isla de Nanhu, donde se encuentra el Templo del Rey Dragón. Continuamos nuestra visita parando a disfrutar de la vista del lago desde los distintos pabellones que hay a lo largo de la Gran Galería. Al final del recorrido encontramos, en el embarcadero, el sorprendente Barco de Mármol, que es en realidad una gran estructura de madera con pintura que imita el mármol. Tras pasar por la puerta de Suyunyan, cruzamos el icónico puente de Banbi Qiao y volvimos al coche para a volver al centro de Pekín.

Tras un intenso día conociendo Pekín, y para concluir nuestra visita a China, decidimos ir al famoso restaurante Quanjude. Fue fundado en 1864, y es muy conocido por su delicioso pato laqueado a la pekinesa. Actualmente, cuentan con varios establecimientos en Pekín y en otras regiones de China. Nosotros preferimos el establecimiento original, que se encuentra en la calle de Qianmen. Esta es una de las principales avenidas comerciales de Pekín, y discurre entre los distritos de Dashilan y Qianmen. No es posible acceder en coche a esta calle, por lo que nuestro guía nos dejó lo más cerca posible, al lado de la Puerta de Zhengyangmen.

De camino al restaurante, pudimos apreciar los edificios históricos y calles de Pekín de noche, con una impresionante iluminación. Tras cruzar la entrada a Qianmen conocida como Puente de Zhengyang, avanzamos hacia el sur hasta llegar al restaurante (en el que no es posible reservar, pero no tendréis problema en conseguir una mesa dado su gran tamaño). Es un edificio histórico con una bonita decoración tradicional china en el interior. Aunque el inglés de los camareros era bastante limitado, nos atendieron muy amablemente en todo momento.

Decidimos pedir el menú completo de pato a la pekinesa, además de hígado de pato hervido. ¡Todo era delicioso! Como podéis apreciar en las imágenes, el pato tenía un increíble color dorado. Sin duda el mejor pato que nunca hemos probado. El precio total para dos personas incluyendo bebidas y postre fue de unos 600 yuanes (unos 80 euros). ¡Podemos asegurar que vale la pena! Además, nos regalaron una postal donde se indica qué número de pato es el que nos habían servido a nosotros dentro de la cuenta histórica de patos servidos desde la apertura del restaurante en 1864. ¡El nuestro estaba ya cerca de los 200 millones! 

Tras disfrutar de una magnífica cena, cogimos un taxi hacia el hotel. Pasamos la noche en el hotel Ramada by Wyndham del aeropuerto de Pekín. Con un coste de 48 euros, fue la opción más económica que encontramos para estas fechas cerca del aeropuerto. La habitación era muy espaciosa y cómoda, y además disponen de servicio de lanzadera al aeropuerto. Sin embargo, como nosotros teníamos que estar allí muy temprano, no pudimos utilizar la lanzadera, y nos reservaron un taxi para la mañana siguiente. Quedamos muy contentos con nuestra breve pero intensa visita a China, ¡y esperamos volver muy pronto!

Resumen de lugares visitados

Día 1:
  • Gran Muralla China (Mutianyu)
Día 2:
  • Plaza de Tiananmén
  • Ciudad Prohibida
  • Palacio de Verano
  • Calle de Qianmen
  • Restaurante Quanjude

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